Uno de los indicadores más destacados de un estado fracasado es la constante interrupción de los servicios básicos. En la actualidad, el deficiente manejo del estado nos ha dejado con escasez de buenas carreteras, suministro eléctrico, gas e incluso conectividad a internet y señal en algunas regiones. Hemos presenciado cómo el antiguo modelo, que consistía en obtener préstamos internacionales para obras públicas y luego contratar empresas privadas para su ejecución, ha demostrado ser ineficaz. Este enfoque falla debido a la corrupción y a la sobrevaloración de proyectos, tanto en el ámbito público como en el privado.

En nuestra sociedad, la solidaridad no es simplemente un valor; es una responsabilidad que cada individuo debe asumir para el fortalecimiento y progreso de nuestra comunidad. Este principio está arraigado en nuestra cultura ancestral y representa un legado que todos los ecuatorianos debemos honrar. Es por ello que el partido Somos RUNA respalda la participación activa de cada ciudadano en el mejoramiento de nuestros servicios básicos.

Proponemos abordar este desafío mediante la obligación de que cada joven, al alcanzar la edad de 18 años, participe en un servicio comunitario de entre 6 y 24 meses. Esta labor implicaría la elaboración de obras públicas vitales para garantizar la continuidad de los servicios básicos en todo el país. Además de adquirir experiencia invaluable, esta medida podría contribuir a eliminar el regionalismo en nuestra nación. Los jóvenes recibirían viáticos y remuneración por su servicio. Es importante destacar que esta no es una política comunista; de hecho, muchos países líderes en el capitalismo, como Israel y Suiza, implementan medidas similares.

Aunque a largo plazo es posible que el servicio comunitario no sea necesario, en este momento de constantes emergencias debido a la falta de servicios básicos, esta medida se hace imprescindible para fortalecer y avanzar en nuestra sociedad.